21 ene 2013

CRÓNICA: MARATÓ COSTA DAURADA TARRAGONA

Salió la carrera perfecta. Si hubiese soñado cómo saldrían las cosas, hubiese sido muy parecido a esto... solo que quizá no tan bien. Quizá haya sido la mejor carrera que he hecho en mi vida, que haya sido en una maratón, creo que es el sueño de todo corredor.

Carrera inteligente, controlando el reloj, las sensaciones, manejándome muy bien los primeros 25 kilómetros y arriesgando el último tercio, apretando y dando sentido a meses de esfuerzo y entrenamiento para acabar con un crono inimaginable.

Muy muy feliz porque todo salió a la perfección. Y hay que darle el valor que tiene: el circuito no era como esperaba, muchos toboganes y sobretodo un viento tremendo que en muchos momentos dificultaba correr con comodidad.

Aquí puedo contar muchas cosas, de hecho creo que saldrá una crónica muy larga, pero por mucho que cuente, las sensaciones que se viven en esos últimos 8 kilómetros de la maratón no pueden contarse, eso hay que vivirlo. Y solo se puede vivir ahí.

Podría hacer un post de cada kilómetro, así que intentaré contarlo lo mejor posible, pero es que fueron tantas cosas...

Como decían todas las previsiones el día anterior, el viento soplaba con mucha fuerza, además aumentaba la sensación de frío. Y ahí estábamos, en línea de salida, con los clásicos nervios esperando a que se diera el pistoletazo de salida deseándonos suerte unos a otros.

Los primeros km transcurrían por el puerto, la salida fue cómoda y tranquila; en cualquier prueba de fondo hay que salir con mucha cabeza, mucho más en una maratón y mucho más en un día como el que salió ayer. (Km1 4:32) aunque voy cómodo bajo un pelín, hay que ser muy conservador de salida. Vamos por una larga recta por el puerto, llevo unos metros por delante al grupo de 3h15 y justo antes de hacer el cambio de sentido acelero un poco para engancharme al grupo ya que los siguientes kilómetros serán con aire de cara.

El grupo protege del aire pero me resulta muy incómodo rodar dentro, sobretodo por el riesgo de caída por los posibles tropiezos, además los avituallamientos son también mucho más difíciles con tanta gente. Así que nada más salir del puerto, me descuelgo un poco y sigo a mi ritmo (km7 32:00).

Este tramo es un continuo "sube y baja" por una carretera junto a la costa. Sigo rodando algo por debajo de 4:40 "haciendo la goma" con el grupo de 3h15. Paso el km10 en 45:55, algo más de 30 segundos mejor de lo previsto.

Alrededor del km 11 me desengancho del grupo y ya no volveré a alcanzarlo en un buen rato. Lo importante es que sigo a mi ritmo; aunque voy solo, tengo una referencia visual no muy lejana. Al ser una carretera de ida y vuelta los ánimos mutuos con el resto de corredores ayudan. Me cruzo a mi tío y nos decimos que vamos bien.

Paso el km13 (59:53) y sigo perfecto. En este momento pienso que casi no me he enterado y llevo ya una hora de carrera, me anima bastante. En el km15 me tomo el primer gel, paso el avituallamiento con agua e isotónica e inicio con tranquilidad una nueva cuesta, la salvo muy bien y en el descenso me acerco mucho otra vez al grupo aunque no llego a entrar.

En el km19 volvemos a pasar por la salida, mucha gente animando y nos dirigimos esta vez en dirección contraria que al principio, hacia el centro de la ciudad. Vuelve a notarse el aire de cara por lo que hay momentos que es necesario bajar el ritmo para no gastar más fuerza de la cuenta. Paso el km21 en 1:36:30, (1 minuto mejor de lo que tenía previsto) y aunque voy por detrás del grupo de 3h15 estoy ya en ritmo del objetivo.

Vuelvo a cruzarme con mi tío, nos animamos y todo sigue ok. Empieza un tramo hasta que dura hasta el km25 con mucha subida. Poco a poco voy acercándome cada vez más al grupo, y aunque me sigo viendo muy bien, me prometo a mi mismo no pasarlo hasta después del km30, quiero mantener la calma.

Llego al km26 (1:59:30) se acerca el momento clave de la carrera y se producen 2 muy buenas noticias: la primera: de nuevo, más de una hora después y tras casi 15km vuelvo a enganchar con el grupo; la segunda: en mis cálculos más optimistas el km 26 estaba previsto pasarlo en 2 horas. Fue una buena inyección de moral.

Salimos de Tarragona por una carretera amplia, cruzamos un puente por el que sopla bastante viento y casi sin darme cuenta me veo en la parte delantera del grupo. Es una larga recta y no se ve a nadie hasta unos 200 metros más adelante. Llegamos al km28 y decido jugármela: abandono el grupo y me voy solo. Es un momento muy importante de la carrera, porque voy si sale mal y el grupo me coje, el hundimiento puede ser histórico.

Pero uno lleva madrugando muchos fines de semana, robándole horas al sueño, machacándose a series, cambios de ritmo o se queda tirado, cojo sin poder moverse un domingo a las 10 de la mañana en mitad de la nada para permitirse este pequeño lujo: arriesgarlo todo a una carta con más de 2 horas de carrera en las piernas. Y por supuesto que era un riesgo controlado, iba con la sensación de que lo tenía en las piernas. Y así fue.

Me lancé, en ese momento la cabeza ya no funcionaba bien, así que con las piernas, con el corazón hacia delante. Al final de la larga recta y tras un giro a la derecha, otra subida tendida y poco a poco iba alcanzando y pasando corredores.

Acaba la subida y de nuevo un fuerte viento de cara, regulo el ritmo y sigo bien de piernas, tanto que casi se me olvida tomarme el segundo gel, por suerte, el avituallamiento está algo más tarde y me da tiempo a tomármelo sin problemas. 

Justo a la entrada del estadio, adelanto a la chica que va en tercera posición, le doy ánimos y sigo con fuerza, estoy ya en los últimos 10km y muscularmente estoy "casi intacto". Alrededor del km 33 me vuelvo a cruzar con mi tío, estoy bajando la calle que subía unos kilómetros antes y ahora sí empieza a "quejarse" el cuádriceps derecho.

Tengo la sensación de que voy muy rápido y el paso por el km36 me lo confirma: los últimos 3km salen a 4:24. Estamos en un polígono con un viento de cara tremendo, al final de la recta el aire hace que sea difícil avanzar, no queda más remedio que apretar los dientes, no lamentarse, no pensar, solo apretar. Voy hablando conmigo mismo: "son solo 5kms" "me duele poco" "es el momento de demostrarlo".

Literalmente no hay nadie delante durante un rato, además llevo un rato sin ver puntos kilométricos y no se muy bien dónde estoy. Pasamos un pequeño túnel y aparece el km39 (2:57:19) esta vez el parcial desde el 36 es de 13:02. De locura. 

Alcanzo a la chica que va en 2ª posición, estamos entrando otra vez en la recta de meta, mucha animación, pero una locura lo de pasar por meta en el 40, y más un día como el de ayer. Tras este paso, otra vez hacia la espigonera, una interminable recta que parece no acabar nunca, las piernas ya se quejan pero es el momento de poner en el asfalto hasta lo que no tienes. Acaba la recta, giro de 180º y otra vez el vendaval de cara. Sigo apretando ya sin fuerzas hasta conseguir salir de la espigonera, en estos últimos metros adelanto a otro corredor le grito: "¡vamos!", me contesta y aparece por fin la recta final.

Aprieto los puños, miro el crono al pasar por el km42: 3:10:02 y estos metros son para mí, lo celebro, agito los brazos y de un salto cruzo la línea de meta: 3:10:49.

Siento una felicidad plena y absoluta, voy siendo felicitado por las voluntarias con las que me cruzo y ya no puedo borrar la sonrisa en todo el día. En la meta el comentario más escuchado era: "con este día, imposible hacer marca".

Lo digo como lo siento, he conseguido algo muy bonito, no sin esfuerzo, no sin sufrimiento, pero lo he conseguido.

Como dije el sábado: gracias a todos los que habéis estado ahí, os pertenece un buen "pedazo" de esto.

Ahora me queda celebrarlo.

Saludos!

2 comentarios:

Vicent C. Richart dijo...

Muy grande David!!! un abrazo y que consigas más maratones emocionantes :)

Dani Asensio dijo...

Hey tú! que pasada...
Mientras leía la crónica me pesaban las piernas y me empujaba la ilusión... pero bueno... ¿entonces te ha ganado una chica? jeje